LA CRISIS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SU RELACIÓN
PRINCIPALES TESIS DE LA LECTURA:
El autor plantea que una vez desvanecida la lucha entre los dos bloques de poder y al no tener competidor alguno, el capitalismo tiene en si mismo a sus propios enemigos, presentes en la destrucción de la naturaleza, el crecimiento desmedido y destrucción de zonas urbanas, las crisis financieras y el saqueo practicado por unos cuantos países a la mayoría tercermundista.
La modernidad debe llegar a la administración pública que como paradoja se encuentra entre la necesidad de disminuir sus aparatos burocráticos y enfrentar las nuevas responsabilidades que plantea el entorno. Esto se dificulta por la creación de distintos modelos para explicar a la administración pública a través de las ciencias, la se apartan de la misma como objeto de estudio, y que hoy van en busca de un modelo de buen gobierno más que como el fortalecimiento de la misma como disciplina.
El autor maneja los conceptos de paradigma, modernidad, posmodernidad, aterrizándolos a la modernización de la administración pública. Señala que el proceso de modernidad se da cuando el conjunto de presupuestos utilizados para explicar una realidad entra en crisis.
La administración pública se encuentra precisamente en ese momento de crisis paradigmática, lo que la esta empujando a la modernidad a adoptar nuevos paradigmas liberales, que buscan erradicar un modelo burocrático y dar apertura a una democratización de las iniciativas gubernamentales.
Por ultimo plantea la reforma del Estado, como un esfuerzo de adaptación evolutiva, síndrome de persistencia, permanencia y búsqueda de regeneración. Reforma es el sentido o directriz que desea tomar el Estado y la modernización su orden metodológico en pro de los cambios y ajustes en todos los sentidos.
El autor plantea que una vez desvanecida la lucha entre los dos bloques de poder y al no tener competidor alguno, el capitalismo tiene en si mismo a sus propios enemigos, presentes en la destrucción de la naturaleza, el crecimiento desmedido y destrucción de zonas urbanas, las crisis financieras y el saqueo practicado por unos cuantos países a la mayoría tercermundista.
La modernidad debe llegar a la administración pública que como paradoja se encuentra entre la necesidad de disminuir sus aparatos burocráticos y enfrentar las nuevas responsabilidades que plantea el entorno. Esto se dificulta por la creación de distintos modelos para explicar a la administración pública a través de las ciencias, la se apartan de la misma como objeto de estudio, y que hoy van en busca de un modelo de buen gobierno más que como el fortalecimiento de la misma como disciplina.
El autor maneja los conceptos de paradigma, modernidad, posmodernidad, aterrizándolos a la modernización de la administración pública. Señala que el proceso de modernidad se da cuando el conjunto de presupuestos utilizados para explicar una realidad entra en crisis.
La administración pública se encuentra precisamente en ese momento de crisis paradigmática, lo que la esta empujando a la modernidad a adoptar nuevos paradigmas liberales, que buscan erradicar un modelo burocrático y dar apertura a una democratización de las iniciativas gubernamentales.
Por ultimo plantea la reforma del Estado, como un esfuerzo de adaptación evolutiva, síndrome de persistencia, permanencia y búsqueda de regeneración. Reforma es el sentido o directriz que desea tomar el Estado y la modernización su orden metodológico en pro de los cambios y ajustes en todos los sentidos.
OPINIÓN PERSONAL:
Los tres autores hacen alusión a los cambios que nos llevan hacia una modernidad partiendo del proceso de crisis que se genera en el agotamiento de los modelos que sirven para explicar una realidad y en la pugna por mostrar nuevos esquemas que brinden confianza y certeza del futuro de sus gobernados.
En nuestros días de habla mucho de un Estado menos participe de la vida económica, hay un velado interés por promover un estado liberal que vuelva hacia atrás en cuanto a dejar a los particulares diversas funciones que hasta ahora ha venido desempeñando no siempre satisfactoriamente, sin embargo, hay muchas actividades propias de los Estados, principalmente lo que consideramos como servicios básicos que en muchas regiones de este país y considerando la diversidad cultural, demográfica y de ingresos existente no resultaría muy rentable a la iniciativa privada efectuar.
Es claro recordar las desagradables experiencias tenidas en cuanto se ha optado por dejar en manos de particulares la administración de alguna función antes desempeñada por el Estado. El papel de las nuevas administraciones debe ir acompañado de un marco jurídico acorde a las necesidades de la nación, de instituciones renovadas, solidas y de una clase burocrática moderna, racional y que tenga un fuerte sentido de la legalidad.
Sí, el Estado paternalista ha llegado a su fin, pero creo que un estado liberal (neoliberal) retraído no es la solución en países como los latinoamericanos cuyas desigualdades no permiten a los ciudadanos competir de manera homogénea. Es necesario adelgazar a los Estados obesos, generar ahorro derivado de un menor costo administrativo y burocrático, canalizar estos ahorros a la procuración e impartición de servicios básicos como la educación y la ciencia, la salud, la promoción de vivienda, creación de infraestructura, modernización de los medios de comunicación y procuración de justicia y seguridad pública principalmente.
Buena parte de los países del mundo han logrado niveles de desarrollo económico importantes derivado sí, del progreso y modernización tecnológica de los procesos, pero también de la intervención del Estado en sus economías, en un tiempo este modelo exitoso rindió buenos frutos.
Aun es necesario un agente regulador que acompañe al mercado a fin de que las desigualdades no se acentúen más y como mencionaba el Dr. Avalos, el capitalismo genere sus propias crisis y de paso a un nuevo sistema de paradigmas.
Los tres autores hacen alusión a los cambios que nos llevan hacia una modernidad partiendo del proceso de crisis que se genera en el agotamiento de los modelos que sirven para explicar una realidad y en la pugna por mostrar nuevos esquemas que brinden confianza y certeza del futuro de sus gobernados.
En nuestros días de habla mucho de un Estado menos participe de la vida económica, hay un velado interés por promover un estado liberal que vuelva hacia atrás en cuanto a dejar a los particulares diversas funciones que hasta ahora ha venido desempeñando no siempre satisfactoriamente, sin embargo, hay muchas actividades propias de los Estados, principalmente lo que consideramos como servicios básicos que en muchas regiones de este país y considerando la diversidad cultural, demográfica y de ingresos existente no resultaría muy rentable a la iniciativa privada efectuar.
Es claro recordar las desagradables experiencias tenidas en cuanto se ha optado por dejar en manos de particulares la administración de alguna función antes desempeñada por el Estado. El papel de las nuevas administraciones debe ir acompañado de un marco jurídico acorde a las necesidades de la nación, de instituciones renovadas, solidas y de una clase burocrática moderna, racional y que tenga un fuerte sentido de la legalidad.
Sí, el Estado paternalista ha llegado a su fin, pero creo que un estado liberal (neoliberal) retraído no es la solución en países como los latinoamericanos cuyas desigualdades no permiten a los ciudadanos competir de manera homogénea. Es necesario adelgazar a los Estados obesos, generar ahorro derivado de un menor costo administrativo y burocrático, canalizar estos ahorros a la procuración e impartición de servicios básicos como la educación y la ciencia, la salud, la promoción de vivienda, creación de infraestructura, modernización de los medios de comunicación y procuración de justicia y seguridad pública principalmente.
Buena parte de los países del mundo han logrado niveles de desarrollo económico importantes derivado sí, del progreso y modernización tecnológica de los procesos, pero también de la intervención del Estado en sus economías, en un tiempo este modelo exitoso rindió buenos frutos.
Aun es necesario un agente regulador que acompañe al mercado a fin de que las desigualdades no se acentúen más y como mencionaba el Dr. Avalos, el capitalismo genere sus propias crisis y de paso a un nuevo sistema de paradigmas.
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